Las viejas delimitaciones academicistas resultan insuficientes y obsoletas. La pintura y la fotografía interrelacionan en un territorio expandido donde se borran los límites entre lo pictórico y lo fotográfico, lo analógico y lo digital, lo material y lo virtual. Ambas disciplinas están más relacionadas que nunca gracias a las tecnologías de la imagen. Cada vez somos más los artistas contemporáneos que nos movemos en el campo expandido de nuestras disciplinas, empujando los límites de nuestro propio campo de estudio y llevando a cabo búsquedas en terrenos ajenos como espacio para transitar, dialogar y proponer nuevos campos de acción.
Sin título (Ventana # 1). 2018. Serie: Ventanas
A Coruña (Galicia, España), 1977. Docente y artista.
Doctor en Educación (2020) y maestría en Investigación en Arte y Creación (2018) por la Universidad Complutense de Madrid. Maestría en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional (2015) y graduado en Trabajo Social (2014) por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Graduado en Diseño Gráfico (1999) por la Escola Superior de Arte e Deseño Pablo Picasso de A Coruña. Actualmente, compagino la investigación en Bellas Artes como miembro del grupo Laboratorio Pantono de la Universidad Complutense de Madrid con mi actividad docente en la Universidad Internacional de La Rioja y la Comunidad de Madrid.
Mi trabajo académico y creativo se aproxima a la imagen desde la fotografía, los procesos digitales y la tecnología visual, atendiendo a sus conexiones con la identidad, la arquitectura y la memoria. Exploro cómo los lenguajes contemporáneos de la imagen amplían las posibilidades de la creación artística, generando cruces entre lo pictórico, lo fotográfico y lo tecnológico.
Término propio empleado para designar aquella imagen artística con lenguaje visual autónomo que ha sido generada digitalmente a partir de la desvirtuación radical de su referente fotográfico hasta obtener su mínima expresión, convertido en una imagen original creada que ya no pertenece al orden de la realidad empírica.
El procesamiento digital de la imagen fotográfica no solo ataca en firme a la convicción tradicional de icono o huella fotográfica, alterando la relación de la fotografía con su referente, sino también a la pintura, fingiendo una materia y una textura que nunca han estado ahí. La tecnología digital desprende a la pintura de todas aquellas referencias que la asocian con la impronta del artista: la pincelada, el gesto, la calidad de la línea..., subvirtiendo así el proceso pictórico tradicional y subrayando la idea de industrialización como factura.
Pedro Palleiro